CHRISTIAN DEATH 1334 + EYACULACIÓN POST-MORTEM, 30 de noviembre de 2007, Sala Caracol, Madrid

El primer día (para algunos el segundo) de un fin de semana de locos en cuanto a conciertos (éste el viernes, Sex Gang Children y Zadera el sábado y P. Murphy el domingo) se planteaba con la incertidumbre lógica ante lo programado: los Christian Death del Only Theatre Of Pain para unos, un grupo de versiones de Christian Death para otros, los menos. Y antes, Eyaculación Post-Mortem presentando Temblad, Temblad, Malditos, su último disco. La sala Caracol era la elegida para el acontecimiento. Sí, esa sala de sonido impecable y aparcamiento imposible…

 

J. Oskura NájeraDebo decir de antemano que Eyaculación Post-Mortem me gustan más en este último disco que en los anteriores y que tenía ganas de ver como se lo montaban en directo. Y se lo hicieron bien, bastante bien. Sonaron fuertes, rápidos, punkis y oscuros a partes iguales. Musicalmente (guitarras veloces, bajos y bases rítmicas marcando la pauta, teclados aportando su grano de arena –granazo en ocasiones – e incluso un theremin) me parecen de lo mejorcito de la escena hispana actual pero la voz… En directo no me termina de convencer. Es demasiado punki, demasiado desquiciada, con ese tono combativo que me pega más para cagarse en todo, para llamar a la guerrilla urbana que para el tono de la banda. Me pasa algo parecido con las letras, me parecen bien construidas, literariamente bien hechas pero pierden (todos esto es una apreciación pura y rigurosamente personal) la gracia por lo hasta cierto punto tópico de los temas que tocan y por el exceso (no es afán moralista en absoluto) de tacos, en ocasiones gratuitos. Nada de esto tiene porque ser necesariamente un defecto, simplemente es cuestión de gusto y soy consciente de que si cantaran en ruso o en algún otro idioma desconocido para mí, probablemente no estaría diciendo esto, pero es lo que hay.

En cuanto al concierto en sí, repasaron ampliamente toda su discografía, retocando los temas en ocasiones para adaptarlos al sonido actual y haciendo (como es lógico) especial hincapié en ese Temblad, Temblad Malditos que decía antes. Se les vio muy entregados, el público se lo pasó estupendamente y aunque la voz no se entendía demasiado bien (fue el pero de toda la noche) les sobró actitud y ganas, que al fin y al cabo son lo más importante. No les había visto nunca antes en directo, por lo que no puedo comparar, pero si acostumbran a actuar así, no me sorprende que el número de sus seguidores crezca cada día.

Christian Death 1334

James McGearty y su bajoPoco a poco, se retiran los telones rojos, la gente se agolpa en las primeras filas. Mucha gente, pero el ambiente no es agobiante. Y Eva O., Rikk Agnew, Jaime (Jimmy) Pina, James McGearty y Christian Omar Madrigal Izzo tomaron el escenario (si estaba Le’rue Delashay u otro teclista ni le vi ni le oí). Lo primero que sorprende es la imagen supermegagótica y murcielaguera que llevan, lo segundo el grado de descomposición-degradación-envejecimiento especialmente de la señora Ortiz y Mr. Agnew, lo tercero lo dispuestos que están a hacer olvidar lo primero y lo segundo.

 

 

 

 

Poco a poco, van desgranando todo el Only Theatre Of Pain, para eso estábamos allí la mayoría. Las guitarras están muy altas, el bajo sin trastes (un clásico, sin lugar a dudas) y la batería marcan todo el concierto. Y la vozz… ay, la voz. La voz no se oye apenas. Queda sepultada por el torrente que sale de tanta metálica cuerda: cuando bajo y guitarras disminuyen la altura (que no la hondura) del lamento si que el chorro de la Ortiz llega perfectamente. Y es una pena porque admiro profundamente a la susodicha y su personalísima voz (tanto como la capacidad histórica de solaparse hasta casi confundirse con la del genio suicidado) he de decir que me encanta desde siempre. Aún así, poco importa. El 99.7 % de los presentes nos sabemos más o menos todas las letras (había un chaval despistado cerca de la puerta que no se las sabía) y las coreamos hasta dejarnos la garganta.

 

 

 

Rikk Agnew, perjudicadísimoEl ambiente se caldea poco a poco (si no estaba bastante caliente ya), especialmente con Romeo´s Distress y Spiritual Cramp y los músicos se comportan de manera excelente, tanto profesional como personalmente: se demuestra de nuevo la tesis de que cuanto más estrella de verdad es alguien, menos creído se lo tiene y más cercano se muestra a la gente (salvo rarísimas excepciones es así y viceversa). De este modo, alargan sus brazos y manos e instrumentos para que los fetichistas les toquen, les sobeteen (alguno besa incluso las manos de Eva O., con la de Rikk no se atreven…), en alguna ocasión acercan el micrófono al respetable para escuchar bobadas como “You Are The Queen” o sentidos “I Love You” e incluso para cantar con ellos el Sleepwalk (otro de los momentos álgidos de la noche, lástima que el micro del público estuviera cerrado). Si desde el principio las pintas y el aspecto avejentado daban igual, a estas alturas te sientes como si estuvieras en algún garito de Los Ángeles en el 82.

Eva O. y sus ojosLa sorpresa, mayúscula, vino cuando ya casi al final presentaron un tema Nuevo cuyo nombre desconozco. No puedo tampoco juzgarlo con justicia pues no fui capaz de discernir demasiado bien el sonido, a esas alturas tanto el meneo que llevaba encima como otras sensaciones me tenían bastante abotargadito. Habrá que estar atentos a futuros lanzamientos. Con la pedida por el público Dogs y sus cambios de ritmo tan dementes como demenciales finaliza todo o casi todo. Quedaba todavía la emotiva despedida y las palabras, fotografías y autógrafos que intercambiaron con todo el que quiso acercarse. Fue el perfecto colofón a una noche mágica, con sus fallitos y todo, una noche especial y divertidísima.