BAUHAUS: Go Away White (Cooking Vinyl 2008)

Creo que se me entenderá cuando digo que este es uno de los discos que más complicado me pone el normalmente agradable “trabajo” de comentar. Soy fan irreductible de Bauhaus desde hace una pila de años y he tenido la fortuna de disfrutarlos cuando los creía muertos y de asistir a dos resurrecciones (en directo, algo que jamás soñé). Y ahora resulta que veinticinco años después del último disco, deciden sacar un nuevo trabajo de estudio. Imbécil sería si hubiera pensado que en esos veinticinco años no había pasado nada, que se podía seguir dónde lo dejaron. También es de idiotas creer que a estas alturas Bauhaus van a ponerse a la altura de jovencitos que sacan su primer disco o que empiezan en esto de la música. Pero entonces, ¿qué lleva a esta gente a crear un nuevo disco? Lo de los conciertos lo entiendo pero teniendo carreras más que consolidadas por separado, ¿por qué arriesgarse a manchar la leyenda? No tengo ni idea pero el caso es que llevo casi un mes escuchando este Go Away White y no termino de saber por dónde meterle mano. Lo primero que debo decir es que salvo en contado momentos (Saved, por ejemplo, podría haber sonado en Mask o en cualquiera de los otros discos del grupo) se ha diluido con los años lo que hacía enormes a Bauhaus. Cuesta encontrar la voz maravillosa del señor Murphy sangrando cada palabra, la guitarra parlante de D. Ash se ha tornado mucho más convencional, los bajos y los golpes en los parches de los hermanos Haskins han perdido gran parte de la gracia… No digo con esto que Go Away White sea un mal disco, en absoluto, es un muy buen trabajo (tiene momentos en los que demuestra cien por cien que el que tuvo retuvo) pero suena demasiado moderno para ser un clásico (cualquiera de los antiguos lo es) y demasiado clásico para ser moderno (dudo muy mucho que llegue a los fans de siempre en la misma medida y que haga acercarse a la banda a los neófitos) está a la altura de los en solitario de Peter Murphy o de los mejores de Love and Rockets. Ni aporta nada demasiado nuevo a éstos ni suena demasiado a Bauhaus. Es más, da la sensación de que se han sumado las voces a la música como si refrieras canciones de ambas trayectorias por separado, no hay empaste entre ellas. No estremece o por lo menos a mí, no me estremece. Me duele decir todo esto pero así lo siento. Y lo siento.