Ariel Maniki & The Black Halos, 03 de noviembre de 2023, Sala Jendrix, Alcobendas, Madrid

Organizar un concierto, de lo que sea y dónde sea, siempre es un riesgo. Lo hagas además como lo hagas, siempre habrá quien te reproche distancia, horario, día elegido, competencia. O lo contrario, demasiado céntrico, etc. Ni siquiera en estas semanas lluviosas se libra nadie del “nunca llueve a gusto de todos”. El caso es que las buenas gentes de Endemoniada decidieron dar prioridad a las características técnicas (luz, sonido, idoneidad del escenario, etc) de la sala y locales de ensayo Jendrix -Alcobendas-, en vez de escoger una sala más céntrica pero probablemente peor en cuanto a lo apuntado. Seguramente habrá mucha gente que aducirá esa distancia como excusa para no haber ido a disfrutar de los costarricenses Ariel Maniki & the Black Halos, que nos visitaban por segunda vez. Seguramente de haberse programado el concierto en, por ejemplo, el Thrascan (allí aconteció su primera visita hace cinco años) la excusa habría sido otra. Lo único cierto es quien no estuvo, se perdió un gran espectáculo.

El trío tiene una solidísima trayectoria, llevan ya diez años publicando además un buen número de discos, que refrendaron sobre el escenario. El excelente sonido de la sala escogida, además, permitió que la gélida y lluviosa noche del viernes 3 de noviembre fuera menos fría. El público, si bien era mucho más escaso de lo deseado -y de lo razonable- disfrutó de lo lindo de un repertorio más bien clásico (de su reciente Fractals, salvo error u omisión mía, sólo tocaron Supernova), sin parar de corear y bailar en la casi hora y media que ofrecieron los ticos. Una hora y media repleta de buen rock gótico con las habituales gotas de darkwave que han convertido al grupo en una referencia obligada en la propuesta oscura actual del otro lado del atlántico.

Como decía antes, el sonido y las luces acompañaron el buen hacer y así, tanto la voz como la parte instrumental destacaron convenientemente. Las guitarras pincharon donde tienen que hacerlo, los bajos no se vieron opacados en ningún momento y tanto el teclado como las programaciones rítmicas subrayaron cada línea en un equilibrio casi perfecto. La voz de Ariel, quizá un poco demasiado reverberada (por poner un pero, aunque chiquitito), fue repasando tema a tema la extensa discografía de la banda con el punto más álgido en la segunda parte del bolo: en las interpretaciones de Amulet, la versión del Siamese Twins de los Cure, In Our World y Blood Residuals. Quizá sea porque Ritual (2017) es posiblemente mi disco favorito del grupo.

Para los bises reservaron la estupenda Emptiness del más moderno (2021) Black Light, que publicaron en pandemia y que no pudo ser en su momento presentado en directo como debiera y el añejo y gran hit Sinister Sister (2016). No hubo tiempo para más. Al menos sobre el escenario porque puedo dar fe de un largo postconcierto donde entre cervezas demostraron que además de grandes músicos son muy buena gente.

 

Solo me queda agradecer a los Endemoniados tanto el riesgo asumido como la calidad de lo propuesto (habitual en las producciones de los citados) y las absolutas facilidades que dieron para las fotos y para video y vlogs. Y el que no estuviera, se lo perdió. Una gran noche, en definitiva.

 

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