MAUD THE MOTH: The Distaff (La Rubia Producciones/Creative Scotland/The Larvarium 2025)
Maud the Moth (el personalísimo proyecto de Amaya López-Carromero) tiene nuevo disco. Publicado en febrero en cinco ediciones diferentes (quién dijo miedo): CD, cassette y vinilos transparente, rojo o estándar, consigue ya a la primer escucha que te parezcan pocas. Tras el estupendo Bordando el Manto Terrestre (a pachas con los también maravillosos Trajedesaliva), Amaya construye de nuevo un entramado sonoro y vocal que estremece desde las primeras notas del Canto de Enramada que abre el The Distaff. Inclasificable como siempre, las canciones de Amaya (y su piano, acompañado en esta ocasión por violines, cellos, percusiones, guitarras y sonidos sintéticos variados, a cargo respectivamente de Fay Guiffo, Alison Chesley, Sebastian Rochford y, claro, Scott McLean) rondan, sin llegar a encasillarse, estilos tan diversos como el doom, el dark ambient, el folk, lo experimental, lo oscuro, lo etéreo, lo bello y lo perverso, diría que incluso lo sacro y lo profano.
Canto de Enramada es deliciosamente folkie en su estructura y letra, poética y chunga, tremenda y malsanamente dulce. Es la única pieza en castellano de The Distaff y te remite a esas tonadas arcaicas y rurales de aldea profunda al mismo tiempo que te revela (otra vez) la capacidad lírica de la autora. Una pieza breve que además de tener entidad propia funciona muy bien como intro del CD. A Temple by the River amenaza a base de guitarras y pesadas baterías con oscurecer rápidamente la atmósfera del disco, al menos hasta que las notas del piano y la increíble voz de la López-Carromero te recuerda que aquí hemos venido a mezclar y a romper ideas preconcebidas. Sumérgete en el profundo río y prepárate para lo que acontecerá ya en Exuviae. Un corte mucho más experimental, donde el juego de las cuerdas y los trinos de pájaros se funde con pianos y voces desembocando todo en una especie de canción DiamandaGalásiana, menos, muchísimo menos, aterradora.
Si te han enganchado ya los cambios de registro como deberían, Burial of the Patriarchs no debería sorprenderte, solo conmoverte. El protagonismo del piano, aunque no esté solo, la cascada emocional, la voz que mece… Estupenda. También. Siphonophores redunda en la capacidad lírica vocal y escrita, poemas sonoros punteados con disonancias convenientemente estridentes sobre la melodía principal del piano. Si hay un punto de encuentro entre lo tremendamente bello y lo profundamente oscuro (¿acaso no son lo mismo?) Siphonophores lo recorre refundando límites y deshaciendo reticencias. Quizá sea mi canción favorita del álbum, quizá solo mientras escribo esto. Porque Despeñaperros (al principio de nuevo la sombra de la Galás se proyecta sobre la cola del piano) no le va a la zaga (ni ninguna otra, en realidad). Sé que estoy abusando de los paréntesis, pero es que me faltan subordinadas. Y que la excelencia me nubla la capacidad para desarrollar en palabras y frases los sentimientos que este sexto trabajo de Maud the Moth provoca. Saliendo del inciso, Despeñaperros es posiblemente el corte más complejo estructuralmente del disco, a ratos parecen varias canciones en una, a ratos solo permite la escucha extática. Casi diez minutos de éxtasis absoluto.
O Rubor y su latín funciona como una especie de interludio, tanto por extensión como porque rompe un poco la ambientación sin desentonar. Es como un trago de agua fresca. Da un respiro a la opresión del tema anterior y permite (creo) disfrutar de Fiat Lux de otra forma. La sangre del padre que fluye a través del hijo. Un precioso poema que entonado y musicado como aquí aparece gana todavía más que simplemente leído. Casi (casi) hace que se te olvide quen el disco está ya terminando. Queda solamente Kwisatz Haderach (el ser humano perfecto, Dune mediante). Es una pieza ligeramente distinta en desarrollo al resto del disco, especialmente en lo rítmico. Sinuosa y un poco “arty” (en el mejor de los sentidos), desconozco si abre nuevas posibilidades que puedan ser plasmadas en trabajos ulteriores, pero cierra de forma sublime un disco recomendadísimo. Un disco que no tiene desperdicio alguno, desde la cuidadísima (as ever) edición, hasta cada una de sus notas, no deja nada al azar, está pensado al detalle: un gran trabajo, solo queda felicitar a la (los) responsable de tamaña obra. Y agradecer que se sigan haciendo y puliendo gemas como estas.